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Aprecio el silencio, porque en él, he encontrado refugio del tinnitus de la vida en esta sociedad, en este mundo, y el amor en mil poemas que se tejen y juguetean una tarde, noche o madrugada, aunque solo sean un estúpido momento para aquellos que observan, escuchan o imaginan y tratan de comprender lo incomprensible.


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